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La venta de extintores en CDMX salva vidas, nadie está exento de encontrarse en un incendio y es necesario contar con esta herramienta sin importar las probabilidades que existan de que lo puedan utilizar. Porque créannos, si lo llegan a necesitar y no lo tienen, se arrepentirán de su decisión.

El precios de los extintores en CDMX, varía mucho, de acuerdo con el tipo de extintor que requieran, porque hay diferentes tipos. Pero sea cual sea su costo, tengan por seguro que, si llegan a necesitarlo, habrá valido la pena tenerlo. Y, si, por el contrario, tienen la fortuna de no necesitarlo, entonces al menos tuvieron la tranquilidad de contar con él.

Aunque ahora contamos con la ayuda de este maravilloso invento, no siempre lo hicimos, así que agradezcamos a quienes contribuyeron en su invención y desarrollo a lo largo de los años.

Lo básico del extintor

Este aparato contiene una sustancia capaz de acabar con el fuego, el contenedor de esta sustancia posee un mecanismo que permite proyectarla directamente hacia el fuego, a través del uso de presión interna. No siempre es posible lograr apagar el fuego, pero en muchas ocasiones al menos ayuda a controlar ciertas zonas que le permitirán a la gente escapar o soportar la situación en lo que la ayuda llega.

El agente extintor es el producto que se encuentra en el interior del contenedor, el cual tradicionalmente está pintado de color rojo. Este agente es el que logra extinguir el fuego con la reacción que hace al entrar en contacto con las llamas.

Hay diversos tamaños y tipos, los más pequeños suelen utilizarse para llevarlos en el auto, pero también hay grandes para empresas y demás. La capacidad varía de entre uno a 250 kilogramos de agente extintor.

La venta de extintores en CDMX es muy variada, pueden escoger entre varios diseños con distintas funciones.

Historia del extintor

Fue inventado por el capitán inglés William George Manby, también inventor y publicista. El capitán tuvo la idea de elaborar un objeto que le permitiera apagar el fuego en menos tiempo y en general, con una mayor efectividad. La inspiración surgió cuando vio el esfuerzo de un equipo de bomberos intentando apagar un incendio en Edimburgo, los cuales, estaban pasando grandes dificultades intentando alcanzar los pisos superiores de un edificio en llamas.

El invento de William recibió el nombre de «bomba para extinguir incendios» y consistió en un contenedor que tenía dentro una disolución hecha con cal y potasa. Poco tiempo después, en 1808, Manby tuvo la oportunidad de probar su invento cuando se encontró con un barco de soldados hundiéndose cerca de la costa de Yarmouth.

Resultó que sí servía y logró rescatar a los soldados, así que después se colocaron varios extintores a lo largo de la costa con la finalidad de usarlos en los rescates de botes. Casi 100 años después, en 1905, el ruso Alexander Laurant, inventó uno con un funcionamiento parecido al anterior. El tanque principal contenía una solución de agua con extracto de regaliz en polvo y bicarbonato de sodio.

Después de esto, se hizo un aparato con cuatro cilindros, tres contenían agua y el número cuatro llevaba aire comprimido dentro, el cual servía para que el líquido saliera a presión. Esta primera versión se patentó en el año de 1839 en el Reino Unido. Posteriormente, en el año de 1905, se modificó su composición, sustituyendo los contenedores de agua por bicarbonato sódico.

Los primeros extintores diseñados con la finalidad de trasladarse de un lugar a otro, salieron a la luz al final de la primera década del siglo XIX. Esta versión consistía en botellas de vidrio llenas de un ácido especial, que, al quebrarse, liberaba dicho ácido con una solución sosa, causando una revoltura con presión de gas suficiente para descargar la solución.

A finales de los años veinte, este invento tuvo varias versiones, ya que, en 1917, se fabricó el primer extintor de espuma. La manera en la que opera y su aspecto, resulta muy parecido al del extintor de ácido y sosa.

En el año de 1918, se inventó el extintor de agua, los cuales eran activados a través de cartuchos. Se elaboró una sustancia anticongelante hecha con metales alcalinos conocidos como <<corrientes cargadas>>, con la intención de utilizarla en este extintor activado por cartuchos.

Más tarde, en el año de 1959, se desarrollaron los extintores de agua acumuladores de presión, los cuales lograron reemplazar en aproximadamente en tan solo diez años, los modelos de activación por cartucho. Diez años más tarde, en 1969, se suspendió en Estados Unidos la fabricación del extintor activado por cartucho, ya que no cumplían con las certificaciones de pruebas oficiales en laboratorios.

El uso de este excelente invento se popularizó y cada vez se hacían más mejoras, hasta que, en la década de los cincuenta, el extintor de polvo logró alcanzar una gran aceptación entre el público.

Y así es como gracias a William George Manby podemos gozar de los beneficios de este invento. La manera en la que un extintor contra incendios funciona, en esencia, siempre ha sido la misma, no ha cambiado mucho desde que se creó el primero hasta nuestros días, el principio sigue siendo básicamente el mismo. Consiste en un cilindro de metal que contiene dentro una solución extintora a presión. Al accionar la válvula, la solución sale a presión a través de una manguera.

En ATP Extintores, nos interesamos por sus bienes y su seguridad, es por ello que, nos especializamos en la venta de extintores en CDMX, los cuales, podrían sacarlos de grandes apuros y también, podrían reducir los daños causados por las llamas.

Les compartimos nuestra página web: atpextintores.com.mx, para que se informen mejor sobre nuestros productos y puedan escoger las medidas de seguridad necesarias para sus hogares o sitios de trabajo. También pueden llamarnos si desean más información o si tienen dudas, nuestro teléfono es: (55) 5272 4181 y el correo electrónico info@atpextintores.com.mx .

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