Los extintores son una de las herramientas más importantes para controlar y prevenir incendios causados por situaciones como un mal manejo de sustancias inflamables, cortocircuitos accidentales, mal apagado de cerillos, entre otras causas. Su uso adecuado puede salvar vidas y propiedades.
Los extintores están diseñados para apagar incendios en una etapa temprana. Según el tipo de extintor, pueden usarse para apagar fuego en materiales sólidos, líquidos o gases.
En los hogares, los extintores deben estar ubicados cerca de los lugares de mayor riesgo potencial de incendio a la vista de las personas: cocinas, lavanderías, estacionamientos, salas de juegos, etc. De esta manera, la ubicación del dispositivo estará en un espacio accesible para atender una emergencia con prontitud, pero sin olvidar que dicha herramienta permanezca fuera del alcance de los niños.
Por su parte, en establecimientos comerciales y de negocios, la instrucción de las autoridades insta a designar el extintor en una área cercana a salidas de emergencia o evacuación, según las normas establecidas.
Recomendaciones al adquirir un extintor
Uno de los aspectos que no deben pasarse por alto a la hora de instalar los extintores en una oficina o domicilio es que deben estar completamente cargados, ya que si se utilizan para una emergencia y no contienen gas, serán completamente inútiles.
Un extintor debe ser revisado y probado cada año para asegurar que sigue siendo seguro y que el gas que contiene es el correcto, además de contar con la cubierta de seguridad y el número de serie visible. También se debe tener en cuenta que no todos los extintores en CDMX son iguales: la cantidad y tipo de gases que contienen, así como el material del cual están hechos, varía de unos a otros.
Bajo esta premisa, es crucial conocer la causa principal que generó el fuego al que nos enfrentamos y cuál es el tipo de extintor que tenemos disponible. La razón por la que se hace énfasis en este punto es que si usamos uno incorrecto podríamos correr grave peligro de electrocución, explosión, pérdida de equipos importantes o, incluso, la vida.
Existen cinco clases de fuego, cada uno requiriendo un tipo de extintor diferente:
- Clase A: son fuegos de materiales combustibles ordinarios, como papel, madera, plástico, y combustibles líquidos.
- Clase B: son fuegos de gases y líquidos inflamables, como bencina, nafta y gasolina.
- Clase C: son fuegos de equipos eléctricos, como motores, cables y transformadores.
- Clase D: son fuegos de metales combustibles, como aluminio, magnesio, titanio y zinc.
- Clase K (o F): son fuegos en los que hay involucrados aceites y grasas de origen vegetal o animal (por ejemplo, en las cocinas)
Todos los extintores tienen una línea vertical (de arriba a abajo) en la que los distintos tipos de combustible se organizan con base en su combustión. Por este orden, es fácil saber qué tipo de extintor requiere el fuego que se ha originado.
A continuación, detallamos brevemente algunos tipos de extintores en CDMX disponibles, sus características y qué tipo de fuego pueden extinguir:
- Extintores de polvo seco: extienden el polvo con el fin de extinguir un incendio en una zona de almacenamiento de productos inflamables. Por ejemplo, se usan en una oficina, en una zona de almacenamiento de materias primas o en una sala de reunión.
- Extintores de espuma: la espuma es el agente extintor óptimo para los fuegos de clase B. La forma en la que lo hace es al envolver el fuego y sofocarlo. La espuma tiene una alta capacidad de extinción por litro, por lo que generalmente se usa en pequeñas cantidades, pues su efecto es más visible con poca cantidad.
- Extintores de polvo seco especial para clase D: esta es una categoría particular dedicada a apagar incendios generados por la combustión de metales. En caso de utilizar el extintor equivocado provocará una respuesta contraria a la deseada. La manera de actuar de este agente es mediante la sofocación.
- Extintores de CO2: son efectivos para apagar fuegos de clase B y C. Tiene la ventaja de que no deja residuos después de ser usado.
- Extintores de agua: es el más empleado, ya que se trata de un extinguidor económico y fácil de manipular. Este tipo de extintor puede requerirse para apagar fuegos de clase A, B y C.
¿Cómo usar un extintor?
Primero, se debe comprobar que el extintor que necesita funcione bien. Debería tener una presión adecuada, cuyo sensor debería detectarla al momento de activar la herramienta.
Asegúrese de saber cuánto tiempo necesita el extintor. El cable de un extintor de polvo debería estar a un máximo de 15 metros de distancia de una fuente de alimentación de energía, y el cable de un extintor de espuma debería estar a un máximo de 20 metros. El siguiente paso es asegurarse de haber leído y entendido las instrucciones que contenga el dispositivo.
Para que no tengas problemas, debes saber qué tipo de extintor tienes y sobre todo, dónde lo encuentras. Por otra parte, la norma primordial en caso de urgencias es priorizar el rescate de personas, de ser el caso, antes de iniciar cualquier actividad de extinción, así evitar cualquier riesgo a terceros durante el procedimiento.
Si has detectado un fuego, no te precipites. Suele ser común que antes de la llegada de los equipos de bomberos, la gente intente extinguir el fuego o ingresar a la propiedad. De hecho, en muchos casos, la razón por la que una persona se intoxica con los gases tóxicos es porque intentó llegar a los estantes del armario dónde se acumuló el monóxido de carbono. Por eso, si tienes que rescatar a alguien, comunícalo inmediatamente a los bomberos.
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